Nosotras como educadoras de los procesos de enseñanza y aprendizaje, nos identificamos con el siguiente pensamiento:
"No hay obra más bella, ni más meritoria a los ojos de Dios, que la que se consagra en la formación de la niñez".Sierva de Dios Madre María del refugio. Aguila y Torres. Los niños serán la base de la sociedad y tienen el camino hacia la nueva historia de la humanidad, por ello se hace indispensable la readecuación de la formación del ser humano, pensamos especialmente en la niñez, es el punto de partida. Desafortunadamente los programas de formación de la niñez están pasando por un momento crítico y en especial con relación a la docencia; existe la necesidad de ampliar los programas de la formación de educadores y en la medida que sean profesionales, conocedores de la niñez y puedan proveer los recursos y los mecanismos para darles un espacio pleno y total, en su formación podrán ser educadores integrales.
La formación de la niñez demanda nuevos mecanismos y propuestas, como por ejemplo, cómo producir mejores seres humanos y ciudadanos.
Esta hermosa estapa del hombre del futuro dependerá mucho en el tipo de formación que se le brinde en el presente.
Jesucristo en uno de los parajes de importancia de su discurso; reconoce el ideal de no permitir la pérdida de la naturalidad y la espontaneidad del niño, Rosseau, en cambio destaca la relevancia de formar al niño desde los modelos impositivos del adulto, ello, no sirve de nada, sólo le hacen perder a muchos niños la posibilidad de ser alguien en su vida. los niños para ser educados, deben ser formados desde el pleno conocimiento de sus etapas y niveles de formación, por tal motivo se necesitan docentes conocedores de la naturaleza de los niños, que perciban al niño como el futuro de la humanidad. La educación de los niños requiere de la mediación científica, tecnológica y de nuevas pautas y mecanismos.